¡Muy buenos días! Hoy tengo energía para repartir y unas ganas de todo que me gustaría que durasen toda la vida. Este fin de semana he recargado pilas y la verdad lo necesitaba muchísimo. Me fui de Madrid ya el viernes y la primera parada fue la peluquería. Tenía unas ganas horribles de hacerme un cambio de look porque el pelo me crece muchísimo y me he dejado aconsejar por mi peluquera de toda la vida. Ya sabéis que no voy a otra y cuando tengo que ir a otro sitio que siempre suele ser por trabajo al final salgo a regañadientes. Si alguien sabe de una buena pelu en Madrid para estas ocasiones me encantaría que me lo dijese.
Una vez presentable volví a coger la maleta y directa al Pirineo. Este finde había ambientazo Après Ski y es que Tony Aguilar presentaba desde el Marchica de Formigal la Lista de Los 40 Principales más un concierto posterior en un marco incomparable. Pero mientras todo esto empezaba me fui a hacer las fotos que veis en el post de hoy. Me subí a la frontera con Francia (me encanta que en las fotos salga el Midi d’Ossau porque es un espectáculo) y desafiando los -3º bajo cero allí que me planté. Os confieso que bajé del coche al grito de “no hay dolor”. Frío era poco ¡qué clima tan duro! Pero a mi cuando se me mete algo en la cabeza ya puede hacer -20º que allá que voy.
Así que aquí tenéis estas fotos de nariz roja y corazón alegre. Un look para subir a la montaña que quizás os sirva de inspiración si vais por allí en Semana Santa. Llevo abrigo de Pedro del Hierro, jersey de estrellas de Yo, Reina, el de debajo en gris de Zara al igual que los jeans, zapatillas de Stradivarius, bufanda (que es un chaleco) de Sita Murt, gafas de Mr Boho y bolso de Loewe. Mil besos en el corazón, mañana más.
