¡Buenos días! En la vida hay momentos que sueñas y llega un punto en el que crees que no van a suceder porque son tan grandes que ni tu misma sabes como controlarás ese huracán de sensaciones. Pero suceden, son reales y pasan a ese archivo que es la memoria de la vida. El jueves tuvo lugar en los Reales Alcázares de Sevilla el desfile de novia de Vicky Martín Berrocal. Ella no lo sabe, porque yo soy un poco la gran desconocida que prefiere oírle hablar que empezar a contarle cosas pero cuando decidí apostar por la moda la ilusión de mi vida era ir a ver un desfile de Vicky Martín Berrocal. Me apasiona la semana de la moda, lo sabéis, pero siempre me faltaba algo. Lo tenía en la cabeza, juré ver el desfile en silencio, en desconexión del mundo y abrir bien los ojos para hacer una foto que se me quedara grabada a fuego en el alma. Con algo de retraso, como si todas las novias que iban saliendo supieran verdaderamente adónde iban, empezó el desfile nupcial de la diseñadora andaluza Vicky Martín Berrocal.
Un señor que tocaba el violín nos hizo partícipes de que los sentidos se iban a revolucionar en momentos. En la pasarela unos árboles con ramos de paniculata atados y romero a los pies dejaban claro que el aroma también había que tenerlo alerta. Una mezcla de sentidos y sentimientos que se complementaron cuando salió la primera modelo. A mi no me han hecho para describir lo que vi porque no estoy programada, me muevo por lo que late. Trajes de madrina y novia que eran signos de exclamación y aplausos en el público y para muchos pregunta que para los genios no tienen respuesta. Le sale de dentro, lo tiene en la mente, lo siente, lo hace y ahora es nuestro. Bendita generosidad. Encajes, volantes, flecos, impresionantes joyas de Bárcena y un mantón de manila hecho traje que me cortó la respiración se sumaron al milímetro perfecto. No quiero ni Pronovias, ni Rosa Clará e iba a decir ni nada que se le parezca pero es que no se le parece nada. Aquí está mi traje de novia, me lo vas a hacer tú, Vicky Martín Berrocal, y ahora sueño con ese momento.
¡Feliz Lunes!
























