La colección de Ágatha Ruiz de la Prada Primavera/Verano 2018 es todo un espectáculo, tan sorprendente e inesperada, o más, que sus últimos desfiles.
Un fastuoso homenaje al gran maestro Balenciaga se despliega sobre la pasarela a todo color, con toda la fuerza salvaje, la audacia y la picardía tan característica de la marca. Este importante homenaje es a la vez muy retrospectivo, una oda a aquellos comienzos desenfrenados en los que Agatha se inspiraba tantísimo en el gran artista de la moda. La ropa se ve sublimizada en piezas de arte, en construcciones arquitectónicas, en sinfonías abstractas, en estructuras imposibles, en esculturas andantes, en alegorías metafísicas…
Ante todo, está colección es un hito de patronaje y costura. Han llevado su taller al limite de sus posibilidades y fantasías. Grandes experimentos en volúmenes han resultado en abullonados, frunces, volantes, capas y pliegues salidos de un mundo aparte, de un sueño.
Utilizando patrones completamente nuevos, rompedores, inquietos, sus hadas madrinas del taller han reclamado formas agathistas en su estado puro, en su estado de abstracción. Volúmenes que cobran vida en movimiento, volúmenes que se apoderan de la pasarela, volúmes que engullen a la modelo misma. Este desfile es más bien un espectáculo de magia que otra cosa.
Te mostramos la parte más desenfadada y divertida, algunos momentos previos al gran show de Ágatha Ruiz de la Prada.
Images: Living Backstage, IMAGE



















