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Penitencia

Menos mal que esta noche voy a cenar con unas amigas y nos contaremos las alegrías y desgracias entre margaritas o tequilas, si es que al final acabamos en un mexicano. Aunque con el picante puede que ya sea mi colofón para salir ardiendo y tengan que venir a por mí una unidad de bomberos a socorrerme.

Que por otro lado tampoco sería cerrar estos tres días laborables nada mal en vista de cómo se está dando esta semana en la que todo el mundo dice no tener vacaciones y no recibes mails ni aunque le reces a San Pablo.

Esta noche eso sí, me iré sin coche. No vaya a ser que lo pierda como el sábado pasado y me lleve una hora y pico encontrado. Todo eso con un vaso de agua si me llego a pasar por el mexicano igual todavía lo estoy buscando.

Juré que lo había dejado en una calle y no, no juréis que está muy feo. Cinco grados en Madrid y yo sudando como si estuviera en Marbella en Agosto debajo de una sombrilla pidiendo una piña colada.

Mis amigas colaboraron en la búsqueda entrando al Carrefour a la una de la madrugada porque ‘no habían hecho la compra semanal’, como veréis la única alterada de los nervios era yo que mientras comía almendras me preguntaba si llegaría con el coche a casa o tendría que coger un taxi.

Para los que no viváis en una capital grande tengo que comentar que aquí ya hay Carrefour 24 horas y a la una de la madrugada había más cola que a las 4 de la tarde.

La verdad que mi GPS craneal me falló por primera vez en la vida. Nunca había estado buscando una hora el coche. ¡Para todo hay una primera vez! Claro, después de pasar por el supermercado todo se ve mejor, creo que tengo las amigas más positivas del mundo y eso en tacones… Si van de plano igual me dan la entrada para otro coche.

Como os decía mi lunes es muy lunes. Hace dos meses que el informático me tiene que poner un apartado nuevo en la web que consta de un titular y una foto, wow! Qué despliegue ¿os habéis asustado verdad? Yo cuando lo pedí también, pensé esto va a ser imposible… y ahí seguimos dos meses después.

Pero creo que ya voy a ver la luz y si no la veo, la veré mañana cuando piense en las vacaciones. Hay gente que es más intensa que una bombilla amarilla. Que no digo que esté mal, de todo tiene que haber en la vida, sino que aburrido.

La columna de hoy es más corta que de costumbre porque tengo que seguir hablando con el informático antes de que me diga que se va a Túnez a ver el atardecer desde el zoco y perderme de vista. Esto si que es una buena penitencia de Semana Santa… Le voy a preguntar si quiere unas torrijas y firmamos la pipa de la paz… la comida siempre arregla cualquier cosa y si es dulce mejor, la torrija.

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