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La decepción

En la columna de hoy me gustaría hablar de algo que a todos nos ha pasado alguna vez y que, en muchos casos, otros no… llega un poco sin avisar. Es la decepción.

Yo creo que es uno de los dolores más grandes que puede sentir el ser humano y repito, de una manera o de otra alguna vez en nuestra vida nos han decepcionado porque es lógico y natural. Como también nosotros habremos decepcionado, obviamente.

Pero el dolor que se siente es muy difícil de gestionar depende de quien venga. Hay veces, para mí en la mayoría de los casos, que nunca nada vuelve a ser igual.

No me considero una persona rencorosa para no saber olvidar a tiempo, me parece importante saber ver que hay cuestiones que tienen que pasar a un segundo plano para poder avanzar pero en el momento que te pasan es como una bofetada que te deja sin aliento.

Probablemente tenga varios niveles puesto que estamos hablando no de un dolor físico pero sí emocional. Como digo no creo que nada vuelva a ser lo mismo con esa persona en concreto pero en la vida hay que avanzar. Porque si no avanzas te anclas y sobre todo permaneces en la amargura constante. No soy psicóloga y no sé del tema en profundidad pero sí soy persona y sé lo que me duele, como a todos.

A veces no sabes muy bien porqué llega pero a todos nos ha pasado y probablemente lo peor sea hacerte a la idea de que nada volverá ser igual en un lugar donde se supone que estabas cómoda y bien. Es precisamente perder esa comodidad lo que nos da miedo, no saber qué camino coger ahora y sobre todo asimilar la decepción y comprender.

Porque cuando viene de alguien que quieres duele, ¿cómo no va a doler? Aunque hay veces que es mejor alejarse, las cosas no pasan porque sí, yo estoy altamente convencida de eso. No era tu sitio, no le des más vueltas. Es fácil decirlo, más difícil aplicarlo pero también creo que como aprendes de una cosa, cualquiera, también puedes aprender a gestionar las emociones.

En mi caso soy una persona que lo que me duele, me duele mucho y lo que no, no me inmuta. Va un poco en el carácter de cada uno pero repito que yo creo que hay cosas que hay que aprender a gestionar.

A nadie nos gusta que nos decepcionen pero también hay que ver si esa situación nos merecía la pena y si hubieses aguantado mucho en ese nivel. Es tan difícil hablar de las decepciones, hacen tanto daño y precisamente por eso porque cada uno tiene un rango de dolor es tan complicado volcar impresiones…

Yo de la decepción solo saco en claro algunas cosas. Que no hay que insistir, que si ha pasado des media vuelta y no vuelvas porque hay cosas que no cambian porque en el fondo la gente es así.

Es cierto que esa opinión es muy variable pero en mi caso creo de verdad que la gente no cambia porque es algo que lleva consigo y que no hay que tener rencor ni venganza porque no te lleva a ningún sitio, al revés cada uno que siga el camino porque si no sueltas lastres la mochila al final no la puedes levantar del suelo y donde hay que ir es hacia delante.

Que la gente decepciona es un hecho de la vida, en tu mano está tirar para delante o perder el tiempo con lo que pertenece al pasado.

Images: Pinterest

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