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La nueva competición

Abramos un melón importante. Y tú, ¿a qué hora te levantas? Vamos a ver. En los últimos tiempos hay una competición bipolar en la que suplicas a tu jefe no pasar tantas horas delante del ordenador pero frente a tu amigo debes ser el primero que te pones delante de la pantalla. Uy, yo es que me levanto media hora antes.

Y te pica, no sabemos el motivo pero parece que estás bajando a los infiernos y eres el oso Yogui o una persona poco responsable por dormir 30 miseros minutos más que el que ha entrado en tu conversación sin preguntar.

Porque yo no le voy diciendo a la gente si levantarse pronto le hace merecedor de la medalla de la Comunidad de Madrid. Bastante tiene uno con escuchar el despertador todas las mañanas. Yo de la única persona que me acuerdo si algún día me da pereza levantarme es de mi amiga Mónica que se levanta una hora antes no por sus obligaciones laborales sino por pleno disfrute de hacer ejercicio tan ricamente sin prisas y sin ‘ahora estoy reventada del trabajo y no me apetece ir’.

Siempre pienso que está haciendo abdominales como loca y pienso en lo vaga que soy por no hacer lo mismo y despejar cuerpo y mente frente al duro día que con toda seguridad me espera.

El otro día me dijo una amiga que si por las mañanas me levantaba contenta porque siempre tengo durante el día mucha vitalidad. Mirad yo por la mañana me levanto atizando violentamente a mi despertador. Porque lo tengo de esos que donde se iluminan le das un golpe y se callan pero a los 5 minutos vuelve a sonar y así repetidamente.

Así que lo primero que hago por la mañana es dejarme el puño cada cinco minutos para que se calme mientras yo intento hacer lo propio. De hecho esta mañana me ha puesto tan nerviosa que casi entablo con él una conversación. ‘Tú ganas, me levanto, pero sólo por no escucharte una vez más’. Vamos, lo que viene siendo una discusión de matrimonio pero con la suerte de que no te van a contestar.

Todavía recuerdo estas Navidades comprando un despertador. Le dije a la persona de la tienda si tenía uno más bonito y me dijo que para qué quería uno más de diseño si era un despertador. Como si conociese mis intenciones de atizarle constantemente. ¿O es que todo el mundo hace lo mismo? Que forma de menospreciar desde el minuto uno. Le verdad es que hace un trabajo bastante desagradable, interrumpir tus sueños. De hecho es el que te devuelve a la cruda realidad.

Pero menos mal que es viernes y permanecerá callado durante al menos dos días. Aunque a mi los sábados me despierta mi vecina cantando lírico como si fuera la reencarnación de Puccini. Es el típico despertador que no encuentras y tampoco comprarías. Todavía recuerdo el despertador que te compraban cuando te iniciabas en esto de la responsabilidad con el sonido de un gallo. Ni gota de gracia le veía. Es el que más madruga, ¡el gallo!

Siempre me preguntaba qué importancia tenía, como si fuese una heroína. Ahora todos quieren ser el gallo aunque hay mucho gallito de corral.

Images: Pinterest

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