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El bañador del Decathlon

Son las 10 de la noche, ayer fui el Decathlon y podría estar preparando la cena pero si no cuento esto siento que me dejo una parte muy importante de mi existencia.

Tengo que compartir este momento de perdida de dignidad. Aunque primero igual tengo que empezar pidiendo disculpas por mi intensidad con el gimnasio pero estoy fascinada con la cantidad de posibilidades que me brinda sin haber empezado una sola clase.

He ido a estos grandes almacenes deportivos (nunca pensé que iba a decir esta frase con tanto glamour) porque necesitaba un bañador para la piscina del gym. Yo recuerdo hace unos años de ir a comprarlo allí por cuatro duros feos, los bañadores.

Pero una amiga y compi de profesión, que es la que me retó a apuntarme al gimnasio para que desconectase sino iba a explotar, me recomendó que me fuera a Decathlon a por el equipamiento de la piscina. Como digo, cuando iba a nadar, ya acudí allí así que no lo dudé.

Bueno… pues acabo de volver y sigo viva, estoy viva y mi retina en su sitio, milagrosamente en su sitio. No he sufrido desprendimiento visual, ni veo colorinchis por todos los rincones. Madre de Dios, pero quién diseña los bañadores deportivos… A quién le dejan esa labor en sus manos, qué clase de desamor ha sufrido esa persona, qué le ha pasado en la vida básicamente.

¿Estamos seguros que no son retales de lycra unidos, sobrantes de algún chándal de corte moderno barra estrambótico?

Pero eso qué es… Me he comprado uno azul que parezco Manolo y Benito en versión femenina y piscinera. Era el más bonito, si pienso en el más feo me tengo que tomar un Lexatin. Creo que si se le explico a la de la farmacia el drama me entendería.

_’¿Perdona un bañador normal?’_ ‘¿Cómo normal?’ _’Sin tener que perder la dignidad en cuanto me quite la toalla que me suministran el el gimnasio que no tiene otra misión que tapar cualquiera de estos bañadores porque secarse ya ha pasado a ser algo secundario’_.

_’Estos son los más normales que tenemos’_. Yo la gente el termino normal últimamente lo tiene muy confundido. _’Vamos a ver, oiga… esto muy normal no es a mí me da vergüenza ponerme esto…’_ ‘¡Pero si son muy monos de colores! y te puedes poner el gorro con aleta de tiburón y queda súper gracioso si buceas’_. A esas alturas ya me estaba ahogando.

Perdona ¿desfibriladores tenéis? Mirad… no sólo me he estrenado en la piscina con un bañador que da miedo sino que me viene la chica del gimnasio y me dice oye, oye… fulanita… que no tienes todavía la foto de socia, mírame un momento. No sabía qué hacer, estaba acorralada… baje la cabeza y me puse corriendo las gafas de sol. ‘¡Sin gafas!’

He dejado mi dignidad esta semana en un lugar que no encuentran ni excavando ruinas románicas.

Cuando por fin iba a entrar a la piscina con tanto estrés se me olvido ‘pasarme un agua’, comprenderéis que venía duchada de casa y con colonia extra por aquello de compensar las pintas pero se levantó el socorrista y me dijo ‘pásese un aguita’.

Madre de mi vida… entre que en ese gimnasio no me dejan tranquila y que me hizo pasear por media piscina con esas pintas creo que el próximo día saldré corriendo de los vestuarios y me tiraré a bomba. Total el bañador no creo que se rompa, algo bueno tiene que tener.

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Images: Living Backstage

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