¡Buenos días! ¡Qué revolución la de ayer! Muchas gracias por todos vuestros mensajes. Ayer fue un día muy feliz no sólo porque me hacía ilusión contaos lo de la revista y que mis amigas fueran al kiosco como locas nada más enterarse sino porque vinieron a vernos unos amigos de toda la vida y lo pasamos en grande. Sí… tengo que decir eso de “qué bien se está cuando se está bien”.
Es una frase sencilla pero llena de verdad. Disfrutamos un montón y si no recuerdo mal hacía muchos años que no me metía en la piscina más allá de las 8 de la tarde. Ayer podían ser las 11 de la noche que aún estaba en el agua. La palabra vacaciones se me está quedando pequeña y eso sí, mi ratito para escribíos también se me hace muy agradable. No me pasan tantas cosas como cuando estoy en Madrid y sé que os repito que estoy en la gloria de vacaciones pero es que realmente es así. Son pequeños momentos que me recargan a tope de energía y creo que voy a volver incombustible. Llevo gasolina para una buena temporada.
Hoy quiero mostraos algunas fotos que en si para vosotros puede que no tengan mucho significado pero para mí todas significan un momento. A parte de eso me parecen realmente bonitas y me apetecía compartirlas. Hay rincones que son tan mágicos que cada uno puede darle el sentido y poner su imaginación en marcha para crear su propia historia.
La mía está llena de momentos de calma, risas con amigos y cervezas a media tarde. Noches de cenas interminables y gin tonics hasta que la chaqueta pide salir del bolso. La brisa del mar siempre encierra momentos bonitos y muchas historias para el recuerdo. Me los llevo todos y muchos no llevan imágenes en papel, para eso todavía no inventaron una tecnología. Mil besos en el corazón, mañana más.














