¡Buenos días! Sí, me tenéis que perdonar. Tengo una extraña fijación con la arquitectura, las puertas bonitas, los salones de cuento y las lámparas del siglo pasado ¡pero enseña el paisaje! esta lámpara me gusta más… Y así todo el viaje a Biarritz. Y no es porque el paisaje ni sea maravilloso sino que yo… pues me fijo en estas cositas. Aquí está la segunda parte que prometí la semana pasada. Sólo os enseñé la fachada, con un look obviamente, del que me parece uno de los hoteles más bonitos del mundo, ya os lo dije, el Hotel Du Palais.
Ya tengo unas ganas terribles de volver y es que en Biarritz se disfruta mucho. Pero si algo tiene también maravilloso y os lo pongo por aquí también para que deis fe eso son las pastelerías. Sabéis que soy una aficionada al dulce, todo me gusta, pero cuidado… todo lo “gourmet” Y pensaréis anda que no es tonta la niña… a ver, los dulces están riquísimos pero no en todos los sitios los saben hacer. Esto es como el que piensa que no hay unos macarrones malos y que todo el mundo los sabe hacer. Pues error. Yo comí una vez unos que no había por donde cogerlos. Lagrimones me caían y no, no los hice yo, malpensados.
El caso es que en Biarritz encontré muy buenas pastelerías y como estábamos inmersos en plena Pascua imaginad mi cara cuando vi tantos kilos de chocolate… Creo que se me despistó la vista más que veces giré la cabeza al mar. Por lo demás de tiendas es bastante variado pero yo por aquello de ser una turista en condiciones no me fui sin pisar Galerías Lafayette donde cayó el bolso que ya me habéis visto por aquí. Me pareció ideal y se vino conmigo a casa. Un helado por sus calles, sentir esa luz tan maravillosa en la cara, abrir los pulmones a la orilla del mar, escuchar el silencio y nada más el ruido de las gaviotas… hay tantas cosas con las que disfrutar. Me gustan sus entresijos, su vida, la calma, el acento de su gente, la terrazas y sus sillas perfectamente colocados como en París para ver a todo el que pasa… Volver siempre es una excusa perfecta y os dejo con estas fotos para ver si puedo haceos sentir un poquito lo mucho que disfrute con las pequeñas cosas. Ya me contáis. Mil besos en el corazón, mañana más.
































