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Cola Cao o Nesquik

Esta mañana casi he escupido todo el café de golpe escuchando en un programa matinal la gran empatía (en modo afirmación) que tenemos los seres humanos entre nosotros. Mentira. Lo de escupir el café también porque no me gusta. ¿Entonces Cola Cao? Tampoco. Sólo de pequeña por aquel sueño de tener algún día una baticao.

De hecho sólo quería ser familia numerosa para que mi madre comprara el Cola Cao de kilo en el que salía ese artilugio que seguramente no hubiera usado nunca pero yo sólo quería un puñado de hermanos con los que seguramente luego tendría problemas para repartir la baticao así que mi sueño se iba desvaneciendo.

Siempre fui más de Nesquik. De hecho la dependienta del súper que repartía vasitos a media tarde para incrementar la gula, las ventas y vaya usted a saber del Cola Cao, nunca lo entendió. Mi madre siempre le decía como si le tuviera una alergia horrorosa eso de… ¡no, no, no se le dé que no le gusta nada!

Me veía rarísima. Una niña a la que no le gustase el Cola Cao. Me miraba con cara para que me estudiase la ciencia. A mí es que siempre me han gustado las minorías por eso cuando esta página se desboca mis emociones también, son incontrolables. Pero aquella señora uniformada más para vender frankfurt que leche con chocolate no entendía nada. ¿Pero que no le gusta? Yo ya la miraba con cara de Rottweiler porque yo puedo ser muy buena pero cuando me tocan mis ‘peculiaridades’ puedo sacar la mirada más intensa que hayas visto en tu vida. De hecho me deshago de la palabra para fulminarte con la mirada.

Pero de pequeña todo te cae en alto y cuando creces ya visionas todo de frente e incluso con aquello que dice una amiga y me encanta ‘a más pisos mejores vistas’. Así que no me hablen de empatía cuando sin sacar un palmo del suelo alguien despreciaba que no tomara la bebida que tomaban todos.

No sé que nos hace ser poco empáticos. Todos nos lo saltamos en algún momento pero me refiero a tenerlo y hacerlo por defecto. No sé a que nivel de supervivencia del ‘yo’ hemos llegado pero desde luego es bastante preocupante.

Todos nos hemos saltado las reglas de ponernos en el lugar del otro y que aquello resulte perjudicial en esa conexión pero lo importante es darte cuenta y pedir perdón porque todos somos humanos y nos equivocamos pero no me refiero a eso.

No sé quién decía algo parecido a esto pero sólo en los momentos en los que la salud flaquea es cuando nos damos cuenta que todos somos iguales, es en esos momentos de debilidad cuando uno necesita más a los demás. Ese momento es en el que deberíamos de vivir siempre para ser conscientes de que el mundo no es algo individual que nos lleva constantemente al egoísmo. ¿No creéis? Habría que darle una vuelta. En la vida hay muchos caminos e igual estamos eligiendo el corto para los demás y el largo para nosotros.

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