Ayer se fundieron los plomos de mi casa y todavía estoy pensando si es por la energía que gasto (léase la ironía). Hace un par de días pasó en otro lugar en el que estaba.
Si mi energía se trasformara no le pagaba ni un duro más a los del gas de aquí a mis restos aunque ya se inventarían una norma para que acabara contribuyendo a la noble causa de su hucha en la que, al igual que la mía, siempre cabe un poco más.
El caso es que nos quedamos sin luz ¡Jara, no hay luz! Oh, vaya, ya vendrá. Al minuto cogí mi IPad para subir una noticia y oh-Dios-mío-de-mi-vi-da-qué-fa-ti-ga QUE NO HAY LUZ. ¡No hay luz! Bajé las escaleras como cuando el coche de Fernando Alonso sale de boxes.
Te lo acabo de decir. No, me has dicho que no había luz, no wifi, eso es más dramático todavía. Ahora entiendo a Dinio cuando la noche le confundía. O qué fue antes si el huevo o la gallina. En pleno bloqueo mental no pensé en que la tragedia era extensible al wifi.
Bueno pues sabes qué te digo que me voy a duchar. ¿Y luego cómo te secas el pelo? Cierto. Bueno pues voy a llamar por teléfono… El teléfono tampoco funciona.
Esperar al electricista era la única solución, ese hombre tenía la solución. Para que luego digan que no son necesarios. Mi futuro (y mi wifi) más inmediato dependían de ese hombre.
Hola ¿qué ha pasado? Hola, no funciona el wifi. ¿Sólo el wifi? No, ni el secador, ni la tele, ni el teléfono… Creo que es de los plomos pero el wifi es lo que más prisa me corre. Le quedó claro cuando empecé a hablar más deprisa de la cuenta aunque no fue precisamente por eso, creo que mañana voy a hacer porque se rompa otra vez.
Uf, esto es una avería importante ¿Importante? ¿cómo de importante? Tengo que publicar varias artículos. Ya estaba pensando en como decirle a la vecina que me diera su clave, si le pido sal ¿tampoco le importará darme un poco de wifi no? Son problemas del siglo XXI antes se pedían huevos o sal ahora se pide la clave de acceso.
Fue una hora larga, más larga que cuando también me quedé sin conexión en el trayecto de AVE Madrid- Sevilla. Acababan de inaugurar el wifi y no había manera de que se conectara cuando le metía la clave de acceso que aparecía en el billete. Me acuerdo hasta de la cara del revisor… es que no se conecta señorita. Vamos a ver… cómo que no se conecta, por qué no se conecta, cuándo se va a conectar, mire casi mejor me va a dar una bolsa. Estaba ya hiperventilando.
Sale Rajoy por la tele inaugurando la línea del AVE con wifi y a mi no me funciona, me daban ganas de volver andando a Madrid a ver qué clase de clave había puesto él para salir así de contento en pantalla.
Es un poco el resumen en general de los políticos, siempre sonríen aunque la cosa vaya mal. No sé si para mantener la calma o porque no tienen ni idea de dónde vine la señal.
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