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Ir al dentista

Hace unos meses fui al dentista y me dijo que en la mandíbula tenía a Sara Baras de lunes a viernes. No exactamente con esas palabras porque sino me hubiese cambiado de médico pero no dudó en decirme que mi fuerte oclusión me había producido un buen desgaste en la dentina, la parte más dura del cuerpo.

Así fue como la dentina ganó la pole position a la cabeza, que también me han dicho en repetidas ocasiones que la tengo durísima y no precisamente en referencia a la cantidad de golpes que me propicio fortuitamente.

¿Y qué puedo hacer? La solución es una férula. Sí, eso que lleva medio país para dormir y que yo hace años que voy en caída libre con mi nudismo bucal.

Hace una semana me senté en el sillón de la consulta a ver si podía poner remedio a mi tablao particular y efectivamente ahí me estaba esperando mi dentista con una especie de blandi blub para hacerme el molde de mis dientes. A parte de mi virtud en aparcar a la primera tengo otra que consiste en dormirme en el dentista cada vez que puedo.

La gente va histérica y a mí no me hace falta ni contar ovejas. No voy a decir que me relaja pero no entro en colapso cuando tengo que ir. Ni siquiera con las muelas del juicio. La primera de ellas la despedí una mañana de un 31 de diciembre de hace un par de años y ahí estaba unas horas después con mis cigalas antes de las uvas. Yo creo que la cabeza es lo que más hace en la vida, a parte de tener suerte, claro.

Pero esta vez fue diferente. Me senté como siempre y me puso una masilla en el paladar con la que casi le hago saber lo que cené el día anterior. En el resto de los dientes me insertó un molde con más masilla para completar la forma de la parte superior.

Ahora así unos minutos. ¿Unos qué? No aguantaba ni cinco segundos. Y cuando estaba ya pensando en la dentadura postiza de por vida me dijo ‘tiro’ que esto ya está.

Por un momento pensé que no salía y que sería la primera persona en el mundo bajo el titular ‘se fue a hacer una férula y el molde nunca le salió’ pero no, mi vena periodística que siempre busca el titular me gastó una mala pasada.

Cuando me incorporé me dio la sensación que era como una hormigonera para construir un skyline entero. Ahora la parte de abajo. Mama mía, qué asco tan grande.

Poco después fui a buscar mi férula de descarga, el momento de ponerla fue algo parecido a cuando los payasos de la tele se ponían la nariz. Incómodo. ¿Cómo te va? tyrhebwwfebnrwyjteh. ¿te va bien? jhfugqfrgqugr. ¿Cómo se habla con ese cacharro? ¿Qué clase de lenguaje es ese? Cuando la saqué todo lo más a lo bestia que pude, grite ¡BIENNNNNN! Es súper cómoda.

Me han dicho que al principio es normal así que como para dormir de momento no me atrevo, me la pongo para trabajar en el ordenador. Ahora rezo para que no me llame nadie mientras escribo porque probablemente el único que me entendería sería el señor Wanda.

Es una mezcla entre sueco, chino y congoleño, a ver si ahora voy a ser políglota y sólo tenía que ir al dentista.

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Images: Pinterest. Guardado por (La Lingerie con G)

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