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La cocina

Últimamente soy asidua a los atardeceres desde la mesa de mi ordenador. Veo morir y amanecer casi todos los días desde la ventana. Ayer fui a conocer a una mini pelirroja que me hizo perder el atardecer pero vi tanta vida que convalidó varios de ellos. Qué bien huelen los bebés y cómo se te ensancha el corazón con ellos. Creo que al igual que a los atardeceres podría pasar mirándolos horas.  Sin duda la alegría por la que te levantas por la mañana.

Como os digo veo muchas puestas de sol y también amaneceres que son puro espectáculo, desde mi casa se ve Madrid entero y eso es emoción asegurada. Pero me gusta fijarme en una ventana en concreto cuando esto sucede.

Mis vecinos del chalet de enfrente tienen la cocina en la planta baja y cada mañana sé la hora exacta a la que desayunan. Por las sombras intuyo que primero bajan los padres y luego los niños. Están muchísimo rato en la cocina hasta el punto que siempre pienso que tienen que llegar tarde a clase todos los días.

Me acuerdo de mis desayunos cuando era pequeña de ese ‘bébete la leche ya’, ‘vas a llegar tarde’, ‘no te dejes el bocadillo’, ‘lo llevas todo’… y etc etc. Me apasionan las cocinas porque creo que son el centro de la casa. De hecho la mía es casi donde pasamos más tiempo. Creo que la buhardilla es la única estancia que le puede arrebatar el primer puesto.

Yo he hecho allí todos los deberes, hasta que mi madre vio poco serio el asunto. Se ponía a hacer la cena y siempre me decía, venga, a tu cuarto que me voy a poner con la cena. Le juraba lo más grande que yo allí me concentraba pero no había manera, pensaba que por lo menos iba a hacer puchero para cuatro días con toda esa concentración que necesitaba.

En Madrid echo de menos que la cocina no tenga ese espíritu porque es bastante más pequeña que la de mi hogar de toda la vida. Supongo que digo esto porque la casa en la que hemos crecido siempre será la tuya aunque pases por mil más. Ahora que llega la Navidad cuánto tiempo pasaremos en la cocina. Mi abuelo ya lo he dicho alguna vez era un estupendo cocinero y yo, que lo quiero imitar pero no puedo, siempre me meto en la cocina para probar.

Creo que si tuviese que elegir alguna estancia elegiría la cocina. Las fiestas con amigos son mejores allí, el aperitivo de los fines de semana… es el refugio de toda la familia. No sé, quizá sea esa cultura mediterránea que nos hace vivir todo así.

Aunque yo tengo razones para odiarla. ¿No os parece que siempre hay algo que recoger? Cuando no está sucia una cosa, está otra, cuando no hay que sacar el lavaplatos, hacer la cena, recoger… por no hablar que cada plato que cocino la primera vez me sale exquisito y la segunda está para tirarlo. Yo siempre que quiero sorprender a alguien hago todo por primera vez.

Es una cualidad muy rara que tengo. Ya veis que no soy de segundas oportunidades. Pero en la vida sí, en la vida creo que todo se puede arreglar si pones voluntad. Mañana más. Estad atentos al Periscope de la web. Hoy retransmito una cosa ‘sorpresa’. Estoy segura que os gustará.

PINT CO

Images: Pinterest

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