Hoy es el día de la Lotería Nacional. De camino a casa he decido qué haría se me tocase. Comprarme una avioneta. Qué viaje al Caribe ni que nada. Si te quedas en Madrid lo importante es sobrevivir al tráfico.
Imagínate estar en la calle Serrano y que te venga a buscar tu avioneta privada y te lleve a la Finca. En plan Cristiano Ronaldo. La novia que tiene es de Huesca, como yo, tendría que haber espabilado, voy a todos los sitios tarde, a ver si es que la culpa es del tráfico.
Todos los años por estas fechas mi fisio me manda un mensaje y se despide de mí como si le fuera a tocar el Gordo. Ha sido un honor que seas mi paciente (obvio estoy allí día sí día no debido a mis horas de ordenador) a estas horas estoy embarcando, sigue así en tu trayectoria profesional… bueno unas explicaciones que nunca me había salido eso de ‘leer más’ en el whastapp. Es un ritual.
De hecho si le preguntasen qué has hecho por la mañana tendría que decir ‘sólo escribir un whatsapp’. Mi contestación ocupa una línea y le suele desanimar bastante. Acabo de llamar a tu secretaria y he pedido hora para mañana porque no te va a tocar nada y tendrás que seguir trabajando.
Luego le he puesto en sobre aviso… si le toca que tengo la espalda fatal, que ya si eso el viernes es el día de asimilación y el domingo que haga las maletas. Se quiere ir a una isla del Caribe. Además le he dicho que compre bombones de los caros porque ya que estará forrado que se le vea un detalle.
Pero hoy llegaré, no le habrá tocado nada y volveremos a maquinar el plan de cómo podemos sobornar al dueño de Doña Manolita para que haga un logaritmo neperiano con las probabilidades esta vez buenas de que por fin nos toque algo.
Jugamos siempre números de allí toda la consulta pero no creáis que hacemos la cola infernal digna de conga que se monta en los alrededores. Tenemos casi un secreto de Estado sobre como los conseguimos. Podemos decir que somos unos privilegiados a los que el fin último se nos resiste.
El año que viene igual voy a hacer la cola a ver si lo que da suerte es que antes hagas la penitencia. Esto es como si te traen la concha del Camino de Santiago sin haber peregrinado. Ni eres buen peregrino ni nada. Así que ya sabes, el año que viene voy por libre a ver si es que la comodidad nos está estancando.
En fin, yo la lotería y lo digo de verdad me encantaría que me tocase ¡como a todos! pero prefiero a alguien que lo necesite mucho muchísimo. Porque yo creo que tendría que ser el fin del juego, la ilusión de verdad, la más pura.
Yo cuando salen familias medio en la ruina y les ha tocado la Lotería puedo llorar más que ellos. Yo creo que hay que saber adaptarse a lo que uno tiene y ser feliz con eso. Que nos gustaría claro, pero mientras haya salud uno se puede enfrentar a muchas cosas. Es el topicazo más real que existe.
Así que mucha suerte a todos y que caiga en la casa que lo necesite. A mi vecino le ha caído dos veces espero que no le toque más porque el 22 de diciembre es el único día del año que nos saluda a todos. Qué coraje con lo hortera que es. FELIZ NAVIDAD.
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