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La niña que llevo dentro

¡Buenos días! ¿Sabéis que en Madrid hoy es fiesta? Por si no teníais ni idea yo os lo cuento ¿y quién está aquí al pie del cañón? Yo. Porque realmente tengo los mejores lectores del mundo y de tomarme fiesta nada de nada. De eso ya me he encargado yo este fin de semana. De que fuese una auténtica fiesta. Lo que empezó un jueves con un concierto se prolongó hasta ayer cuando me fui a dar una vuelta y a tomar el aperitivo a un parque cercano a casa.

Han sido días de disfrutar al máximo pero es que este buen tiempo llama mucho a eso. Y también al coloorrr ¡y al saboooor! que diría Samantha Vallejo-Nagera. La primera vez que se lo escuché decir en una rueda de prensa casi me caigo de la silla ¡qué motivación! y qué energía… me gusta la gente así. Disfrutona de la vida. Como os digo son días de sacar el color del vestidor, de sentir que el verano ya está aquí e inundar las calles de alegría dejando atrás la bufanda, esa misma que tanto nos ha costado sacarnos de encima. Porque mira que ha llovido sin talento estos días, yo ya estaba pensando en coger el primer vuelo a playa paraíso.

Pero como os iba diciendo son días de color ¿y quién sabe de eso mejor que nadie? Agatha Ruiz de la Prada. Espero que nadie la haya dudado. Siempre que voy a sus desfiles transmiten una alegría especial. Empezando por los diseños y acabando por la música. Dejan tan buen recuerdo que yo creo que debería estar prohibido olvidarlos. Son más que diseños sobre una pasarela, es una filosofía de vida. El día que vi la cinta que llevo hoy en el pelo me recordó precisamente a eso. Yo siempre he llevado de pequeña y todavía de mayor siento fascinación por los complementos de este tipo. Cuando vi salir a la primera modelo con ella en la cabeza me fascinó y cuando vi salir a la veintena restantes ya estaba rezando para que alguna fuera mía. A veces estas cosas sólo son de desfile. Ya me pasó una vez con un cinturón de Kina Fernández cuando desfilaba en la antigua Cibeles. Fui a tienda y me vendieron el de desfile. Es una pieza que aún conservo con cariño.

Lo mismo me ha pasado con estas cintas de Agatha y no sabéis lo que agradezco el detalle que me las trajeran a tienda para elegir. Obvio me llevé varias. Cuando esto pasó comprendí uno de los grandes secretos de la marca. Su equipo humano. Maravilloso. De verdad os digo que creo que estas pequeñas cosas forjan una gran marca y por tanto su éxito. Que una persona tenga un gesto amable con otra y que le haga feliz ¿qué más se puede pedir? Siempre pensaré que los detalles marcan la diferencia. Llevo cinta Agatha Ruiz de la Prada al igual que la sudadera, jeans de Zara, Zapatillas New Balance y bolso de Galerías Lafayette. Mil besos en el corazón, mañana más.

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