El argumento de esta colección parte de la tensión entre la emoción de verse reconocida en otros “yo” y el sentimiento de exclusión de una sociedad donde la pregunta por la identidad parece no admitir el valor de la diferencia.
Lo “anómalo”, perturba porque pone en evidencia el sentido de una comunidad que se funda en el arbitrario criterio de la “normalidad”.
Muchas veces nos descubrimos buscando empatía, familiaridad o simplemente aceptación social, pero quizá lo que tratamos de hacer es crear un lugar donde las mujeres no tengamos que esforzarnos en reemplazar u ocultar lo extrañamente intimo que nos constituye, ya que la aceptación de la propia rareza es una forma de reivindicación y de autoafirmación.
Esta es una historia de amistad entre mujeres que son capaces de abrazar sus “monstruos” internos y darles múltiples formas no convencionales hacia el exterior.
Esos monstruos que van mas allá del género, y que tan a menudo escondemos, pero que también amamos, tememos y de los que a veces presumimos, son los verdaderos “yo” interiores, nuestro irremplazable toque de distinción: esos monstruos son nuestra parte más “weird girl”.
La escenografía del desfile corre a cargo de la artista Eva Fábregas, cuyo trabajo explora el erotismo de los objetos y los mecanismos de ingeniería del deseo.
Se trata una instalación, creada para la ocasión, en la que una serie de esculturas de formas protuberantes se contorsionan y expanden a lo largo del espacio para establecer un diálogo entre lo inanimado y lo orgánico que inventa nuevos campos de sensualidad.
La mujer mas arriesgada, vibrante y cosmopolita se expresa a través del amarillo, negro y nude con tejidos cuya condición es altamente experimentadora.
Encontramos desde grandes lentejuelas de silicona bordadas manualmente en bloques de color, hasta un especial trenzado de tiras de PVC con un intrincado trabajo de fleco de seda entretejido, así como los vestidos metálicos realizados en malla plateada con incrustaciones de piezas metálicas engarzadas en cristal bordado.
Vibrante, excitante y apasionada es la mujer en lame de oro y plata. Vestidos drapeados y con movimiento acaban embelleciéndose con un trabajo muy peculiar de bordados metálicos engarzados de cristales alrededor de todas las prendas.
Volúmenes de pliegues, frunces y volantes realizados en taffeta color maquillaje, rosa pálido y rojo juguetean alrededor del cuerpo en las prendas mas carnales de la colección.
El resultado son unos vestidos mini y bodies que representan el lado mas atractivo y placentero de la parte femenina mas voluptuosa y sensual.

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