¡Buenos días! Hoy vengo con un post diferente que tanto look me estaba cansando un poco. Ya sabéis que no me encasillo o eso pretendo y que me gusta hacer cosas diferentes. Ahora que creo que voy a tener un poco más de tiempo si el equipo crece, me dedicaré a innovar un poco más por aquí aunque no deje de lado los looks ¡por supuesto!
Me pensaré cómo hacerlo porque obviamente y como he dicho siempre mi vida privada tiene una parcela para mí que parece que por tener un blog hay que abrirse en canal. Yo por aquí no puedo ser más sincera pero a todos nos gusta que algo quede para nosotros. Lo he dicho muchas veces que la gente que comparte todo… tanto… yo me agobiaría aunque bueno, si les parece bien así, cada uno con lo que sea feliz.
Hay un debate muy grande con los niños por cierto respecto a este tema, no sé si habéis oído algo. Es referente a un artículo que publicó El Mundo este fin de semana sobre la exposición que hacen los niños de los padres. Yo desde luego cuando tenga hijos no sé cómo reaccionaré porque luego tienes uno y se te cae la baba y hay que verse en la situación pero ahora mismo soy de las que opinan que exposición la justa.
Siempre que saco algún bebé es porque la madre me ha dado el consentimiento y los demás o van pixelados o directamente sólo salen las manitas o algo que en ningún momento se vea nada yo con los niños soy estricta y a veces aún teniendo el consentimiento luego no lo saco. Es complejo el tema, los padres son responsables y si exhibes siempre a tu hijo en las redes igual de mayor tiene ‘algún tipo de consecuencia’ esto lo explicaba fantástico el artículo. Es que hay niños que los sacan en la bañera oiga… a esto me refiero con parcela privada.
En fin que me estoy yendo por las ramas y esto es larguísimo y no es el tema que ahora me toca. Cuando me llegue la hora veremos. Lo que os quería contar hoy son mis sitios TOP cuando voy a Sevilla. Lo que hago cuando llego, cuando quiero tapear, comer y en definitiva vivir la ciudad que ya sabéis que es la que más me gusta de España, sí, lo grito, la que más. Con su calor y sus cosas, me gusta porque se vive bien, tranquilo, hay buen ambiente y es una alegría ver siempre gente en las terrazas.
Daría muchos motivos pero esto en vez de un blog parece un libro. A lo que iba… Cuando me bajo del AVE lo que hago primero es ir al centro. Calle Triana, Cuna, plaza del Salvador… Me encanta pasear porque las calles tienen un algo que no sé explicar, tan estrechas y con tanto encanto. Ficho algunas tiendas, ya sabéis cuáles siempre voy a tiro hecho aunque si es verdad que muchas de ellas las están abriendo ya en Madrid. Como Cherubina, Panambi…
Me hubiese gustado probar con la de Maria José Suárez pero no sé que me pasa que cada vez que voy a Sevilla nunca tengo tiempo de nada. Un sitio para comer que me descubrieron el viaje pasado es Perro Viejo, casi enfrente de la mítica confitería de La Campana, un clásico si se trata de hacer una parada y comprar pasteles para el camino de vuelta y lo que sobre… poco, para casa.
Se come muy rico el salmorejo, las croquetas o las patatas bravas, a mí me gusta todo la verdad no tengo problema. Y en este último viaje he hecho el descubrimiento de los descubrimientos. Siempre que iba estaba cerrada y esta vez… ¡tuve suerte! A su favor diré que siempre elegía sábados para ir. Es una tienda de decoración que se llama Lesuk en la calle Alfalfa y enloquecí literal.
Una alfombra me llevé Sevilla-Madrid porque se me metió en la cabeza y no cogí más porque ya no sabía cómo cargarlo. En fin que no dejéis de pasaros porque tienen cosas muy especiales e ideales. Me gustaría seguir más no me quiero olvidar de la maravilla de La Giralda que me encantó verla desde la terraza-ático de El Corte Inglés del Duque que se estaba de maravilla al atardecer… dormir en el Hotel 1800 o que me lleven a Casa Anselma. Ay Sevilla! Quiero ir otra vez, ojalá nos veamos pronto… os lo dejo todo a modo de ilustración 😉 Mil besos en el corazón, mañana más.











