Hace ya unos días que os quería hablar sobre el tema que desarrollaré a continuación a colación de la entrevista de Garbiñe Muguruza en el programa de televisión Mi casa es la Tuya que presenta Bertín Osborne.
De un tiempo a esta parte me gusta ver los programas de televisión pegada a la tablet, no sé si es un error o no pero lo hago casi más bien por trabajo, por saber qué se comenta y por hacer la mejor encuesta-barómetro llamarlo como queráis de lo que, en principio, parece que opina la mayoría de la gente, eso es muy relativo también.
El caso es que empecé a leer a los pocos minutos de empezar la entrevista que Garbiñe era un tanto creída, subidita y demás adjetivos que precisamente no rozaban el suelo. No la conozco de nada, no sé cómo es y no la voy a juzgar, eso que vaya por delante pero dejando esto a un lado, que realmente no sé su personalidad, creo que hay una línea muy fina entre las mujeres valientes con actitud positiva, carácter (no mal carácter, esto lo odio que te lo digan, el carácter no es algo negativo) y con ganas de comerse el mundo y la imagen de ‘esta tipa que se ha creído’.
Es cierto que a veces se puede confundir, todo depende también de las palabras que utilices, cómo te expreses, yo creo que es algo más de lenguaje expresivo, de movimiento, no sé realmente bien como catalogarlo pero la forma de decir las cosas cambia mucho. Si tu carta de presentación es la humildad no veo motivo por el que a una persona se le juzgue por ser ambiciosa. Este es un tema amplísimo porque la ambición tiene dos caras. Como todo para mal y para bien. Hay ambición sana que más bien es superación, motivación, retos y la otra y muy diferente llevarte a todo el mundo por delante. Cambian tanto los significados en una palabra… ¿no os lo parece?
Yo personalmente me considero muy luchadora pero para nada me llevaría a la gente por delante. Hay veces que te puedes equivocar, no soy una máquina pero la intención siempre es no hacer daño a nadie, no voy con un objetivo destructivo, al revés, todo hecho desde el respeto y cariño pero sí, soy muy perfeccionista y lucho por cosas que me mueven sin ningún interés más que hacer bien en este caso mi trabajo que es de lo que os estoy hablando como pueda ser el caso de esta chica también.
Uno no se pone a jugar en competición para pasar el rato, lo hace porque quiere ganar. Ya os digo que esto es un arma de doble filo y no quiero que se malinterprete a veces un texto sin un mirar a los ojos, sin un café de por medio es peligroso pero yo creo que lo que no hay que tener nunca es esa avaricia de cargarte al de al lado. Yo quiero ser lo mejor en esto pero si no lo soy no pasa nada, no produce en mi una frustración pero sí me gustaría conseguirlo. Todo el mundo tiene metas y sueños pero lo importante es disfrutar del camino y sobre todo tener esa ilusión de un objetivo.
Marcarte una meta pero que la meta no te destruya de amargura, esa sería la idea. Por lo tanto no me gusta que se juzgue a a la gente que tiene las ideas claras, que quiere llegar a eso, que sueña con eso… Ya digo que mientras no te lleves a nadie por delante, y si te lo llevas hay que saber pedir perdón porque obviamente te habrás equivocado, el camino es largo y no siempre todo saldrá bien.
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