in ,

Mujeres sin hijos ¿sin tareas importantes?

No quiero que esta columna sea un discurso fácil, ni una reivindicación al uso de un lunes sin café. Ni siquiera es un cabreo esporádico, es un lema de respeto por la vida ajena con sentencia a la intromisión.

A mis 30 y pocos y a punto de celebrar mi cumpleaños he asistido a numerosas conversaciones con final sin derecho a réplica. ‘Y eso que tú no tienes hijos y no tienes nada que hacer’. Sin darte cuenta te colocan en una vida de la que tú no tienes conocimiento alguno.

¿Nada? ¿no tengo que hacer nada? Dónde está ese paraíso caribeño que voy volando. En realidad, no iría nunca porque soy de gen despierto léase como activa sin remedio, hiperactiva vocacional o de ese grupo que sólo compra un sofá para casa porque no retumbe ese habitáculo que ni pisas debido a tus compromisos laborales y/o sociales.

Porque frente a este grupo de mamás sentenciadoras tenemos vida más allá de llegar a casa y tirarte en plancha con destino a mirar a la nada. ‘Si tuvieses hijos sabrías lo que es estar ocupada’. Second round. No digo que cuando te conviertes en madre no se te tripliquen las tareas.

Siempre voy alabando la labor de las madres allá por donde voy y mendigo consejos de cubo de Rubik para ir haciéndome a la idea o saber de las cosas que debo prescindir en un futuro. También buenas de saber en momento presente cuando el agobio se te va de las manos, se supone que son cosas banales que podrían pasar a segundo plano.

Estas semanas atrás no he dejado de escuchar las pocas cosas importantes a las que nos dedicamos las mujeres sin hijos. Si no tenemos nada que hacer o al menos algo tan importante como es la responsabilidad de criar a un hijo entonces ¿nuestras obligaciones no son importantes?

Como siempre digo todos los extremos son malos y por supuesto es un tema con miles de variantes, no quiero hacer de este escrito algo demagógico pero sus sentencias no dejan opción a otra cosa.

No piensan cuando afirman. Cada uno tiene sus responsabilidades adecuadas a su momento personal y que no pueden ser menospreciadas por un argumento único lleno de carencias y redondeado al alza sin ningún tipo de miramiento.

Las mujeres del SXXI tenemos muchas cosas en las que invertir el tiempo porque a Dios gracias la sociedad a avanzado para poder tener ese lugar que nos merecíamos. Mi día empieza a las 7 de la mañana y muchas veces acaba a las 11 de la noche frente al ordenador. Es la vida que he elegido por el momento y os aseguro que tiene muchas obligaciones y por supuesto responsabilidades que me llenan. Y muchas veces muy satisfactoriamente cuando veo que todo sale adelante.

Cada vez que escucho esa frase de una mujer siento que está menospreciando a otra por el hecho de no hacer lo mismo que ella sin hacerse cargo (también) que cada mujer tiene sus tiempos. No voy a enumerar todo lo que tenemos que hacer porque no se trata de una lucha de sumas y ver quién hace más que quien porque evidentemente son vidas diferentes que no se pueden equipar, ni siquiera las responsabilidades.

Quizá por eso, ese tipo de frases sean tan poco adecuadas. Porque entre todas tendríamos que sumar y no intentar restar a las demás. Si queremos igualdad tendríamos que empezar por respetar el camino de cada una. Que no es mejor ni peor, es diferente.

IMG_0576

Images: Living Backstage

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *