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Navidad en el chino

Hoy he ido al chino. Últimamente no sé que especie de atracción tengo con los orientales. No destacaría un hecho así si no pensase que ir a un bazar chino es toda una aventura. Ayer empecé a decorar mi casa de Navidad y me fui a Maisons du Monde a la hora de cerrar. Para variar rascando los minutos.

Me volví loca literalmente de todas las monadas que había pero caras, carísimas y volvemos a empezar. Creo que en esta época las casas de decoración se vienen un poco arriba. Porque el espiritu lo tenemos en todo lo alto. Soy buena cristiana e hilo fino.

El caso es que decidí hacer mi propio DIY (o en cristiano, yo misma) Una vez fichadas las ideas… segunda parada, el chino. El chino nunca duerme y a mí me viene fenomenal. No lo visitaba desde que mi barrio se inundó de banderas de España. Como se forró el chino… No tenemos otra los españoles que comprarles a ellos las banderas, se nota que miramos la pela, no las podíamos comprar en otro sitio pero no deja de ser surrealista.

Entré y por un momento pensé que estaba en un parque temático de Laponia. La virgen… Esa no tiene nada que ver con Santa Claus, los portales lo dejamos para más adelante porque tenían musgo para repoblar entero el pinar de mi barrio, de hecho había hasta humedad. Le pregunté a uno de los encargados dónde tenían los jarrones de cristal, he hecho unos centros ideales que pronto os enseñaré en alguna de las redes sociales aunque sea para justificar que les doy uso.

¡Cinco pasillo! Cinco pasillo… ¿el grupo? Calla no, eso era ‘Efecto pasillo’… ¿el quinto pasillo, en cinco pasillos más? Porque otra cosa no pero los chinos los locales grandes son… Un concesionario de Mercedes una basura a su lado. Cinco pasillo. Me puse a contar en pleno laberinto y ahí estaban los jarrones a 5 euros a conjunto con el pasillo más feos que nada.

Mientras las ganas de llevarme todas las basuras navideñas que había visto en la puerta me invadían. Volví a la zona de espumillones, bolas de nieve, papa noel, portales de Belén, panderetas, bolas para el árbol… qué angustia de llevármelo todo por una extraña fuerza hortera en mi interior.

Mientras se me caían las cosas de las manos en un arrebato de ansiedad por poner mi casa a lo parque temático me llamó mi amiga Bea. ¿Qué haces? En el chino con un ansia por arrasar todas las estanterías que no te lo crees. Además siempre parece que te llevas poco… ¡como aquello es tan grande! Sal fuera y vuelve a entrar, eso siempre funciona para darte cuenta que sólo llevas basura a casa que además no utilizarás. Venga para la calle con un frío que ni que fuera diciembre y otra vez para dentro.

Mentalmente decía venga, muchacha… que ya has cogido aire no te lleves a casa eso que luego dices por un euro… y al final el bazar lo acabas montando en casa. Otra cosa de los chinos es que no sabes cuántas cosas te vas a llevar cuando entras pero sí sabes cómo sales, con las manos como si hubieses estado plantando patatas.

¿Es lo que se dirán entre ellos cuando gritan tanto? Porque cuando te hablan lo hacen para el cuello de su camisa pero cuando hablan con su compadre, parece que se van a arrancar por sevillanas.

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Images: Pinterest (Home-Dyis)

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