¡Buenos días! Mi blanco nuclear de estas fotos ha pasado a un tostadito incipiente. Me las hicieron antes de partir de Madrid y todo es ya diferente.
Empezando por el color y terminando porque parece que en tan sólo cuatro días he pasado por un spa un año entero. Soy absolutamente otra persona. Aunque esté currando (menos, mucho menos) mi relax es más que evidente en mí. A veces vamos tan deprisa que no concebimos la calma ni siquiera como algo necesario.
Miro a mi alrededor y la gente desborda felicidad tan solo por salir de su hábitat natural, gente que camina despacio, que se pasa horas mirando al mar, que cena entre risas, que no tiene horarios… qué bonito es el verano.
Por el simple hecho de la libertad de planificarlo como te dé la gana y hacer los planes que te pida el cuerpo. Ayer mismo compré unos billetes a mi siguiente destino casi sin pensarlo y es que sólo quiero disfrutar.
De hecho he llegado a un punto en mi vida que siento cierto miedo porque me querría quedar así por mucho tiempo. Hoy pensando en el miedo llegaba a la conclusión que siempre tenemos aunque sea en conceptos diferentes. Tienes cuando estás bien y no lo quieres perder y tienes cuando estás en una situación de incertidumbre o cuando no quieres que pase algo.
Supongo que será humano e incluso necesario. Un día si os parece hablamos más sobre esto. Pero hoy lo he sentido y tenía ganas de contarlo. De gritar que todo pasa y todo llega y que ahora mismo estoy feliz en muchos aspectos. Son etapas de la vida, la felicidad como bien sabréis no es permanente por eso cuando llega se saborea.
Por cierto hoy estuve en un sitio increíble espero que lo hayáis visto en los Stories de Instagram. Si leéis esto por la mañana todavía estáis a tiempo de verlo si me seguís por ahí. Si no es así espero dentro de poco publicarlo. La verdad es que me pilló con el móvil y la calidad no es muy buena pero tenéis que ver los rincones que tenemos en España.
No hace falta irse con la pulsera al todo incluido cuando aquí tenemos tantas y tantas cosas. El Caribe no está nada mal, cierto, pero lo que vi yo ayer no lo cambio. Es difícil explicar con palabras así que lo veréis y os diré ¿os acordáis? Pues eso… pronto.
Os dejo con el look de hoy. Llevo pantalón de Coosy que creo que si os dais prisa lo encontráis todavía de rebajitas, camisa Mango, sombrero comprado en Sevilla en la Plaza del Duque, zapatos también comprados en Sevilla, sí, los más cómodos del mundo mundial y bolso de Carolina Herrera. Mil besos en el corazón.
