Empiezo a estar un poco atacada. Sí, lo tengo que reconocer. Hoy tengo la rueda de prensa de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid y estoy apunto de usar un desfibrilador de esos que se encuentran escondidos en puntos estratégicos. Quizá si me remito al estado actual con una bolsa de plástico para ir tirando me valga.
La última vez juré que no volvería pese a tenerlo todo a favor. Son días de salir de casa a las 8 de la mañana y no volver hasta las 12 de la noche. A veces creo que me tomo demasiado en serio el trabajo pero me gusta, me gusta y mucho.
Hay que acreditarse con mucho tiempo de antelación y la primera vez que rellené el inmenso formulario y me llegó la confirmación corrí histérica de punta a punta de mi casa. Como no tengo la mansión de Ricky Martín casi acabo con Biodramina. Estar acreditada con un medio que no es Vogue, era razón para llorar de emoción.
¡Somos prensa acreditada de Madrid Fashion Week! Creo que fue equivalente a una buena ración de pasteles de chocolate. Cada edición miro el correo cientos de veces a la espera de la confirmación, ¡nunca se sabe!
Pero la última edición tengo que decir que salí de la sala de prensa la penúltima, Rafa Muñoz de TVE siempre me supera y me superará hasta mis restos porque es el más grande de esa sala y suele salir el último. Salí con cierta nostalgia, como si fuera la última vez, yo creo que más bien del cansancio que arrastraba.
Tan sólo alguna señora de la limpieza y gente que desmontaba stands. Bajé o mejor dicho me bajó la escalera automática (benditas sean en estas ocasiones) mientras iba pensando en la cena calórica que me iba a comer cuando llegase a casa. Y para allá voy de nuevo… de vuelta, a mi segunda casa y con una ilusión como si fuese la primera.
Para acreditarme he mandado más de treinta artículos de la temporada pasada, esa que prometí que no volvería y que cuando pasan unos días piensas… ¡eres tonta! ¡Cómo no vas a volver! ¡tienes que volver! Y aquí estoy hoy, en la rueda de prensa enterándome de todas las novedades y tratando de entender a Palomo Spain.
Antes de que dé comienzo la pasarela tengo una serie de rituales. Ir a cenar por ahí con las amigas, despejarme todo lo que pueda, comprar miles de libretas monísmas aunque siempre acabe usando la de prensa que te dan con la bolsa al llegar porque es… ¡monisma! Yo creo que en la vida la ilusión es un factor muy importante.
Ordeno mi casa, la mesa del ordenador, necesito llegar y tenerlo todo bien, voy al super, lleno la nevera (aunque el Opencor con algo que me salve del paso suele ser mi primera opción) selecciono los looks que me voy a poner… Esta temporada creo que voy a optar por unas zapatillas de deporte monísimas aunque seguramente en el garaje ya me las esté cambiando. ¡Me destrozo los pies! Y además es muy surrealista y yo lo sé ¡No me entero! Voy tan deprisa y yo tengo el umbral del dolor tan alto que al final del día puede ser que acabe con el pie vendado.
La última vez una compañera de batalla me dijo, si sacas tus pies en Instagram se hace viral. Pues eso, que no voy a picar a la mina pero no por eso deja de ser algo superfluo. Hay mucho trabajo detrás. Este año estoy pensando en algo diferente y creo que os va sorprender. ¡Feliz fin de semana!
